sábado, 22 de agosto de 2009

Caminante (I)

Letargo

Camina y no pierde de vista las huellas que deja impresas en la tierra. La humedad de la mañana mojó el sendero y en cada impronta destacan las estrías de las suelas de los zapatos. Se pregunta: ¿Quién borrará mi rastro? Un caballo, alguien más o el tiempo.


Hace una parada y se gira por completo para hacer un balance de todo el trayecto recorrido. Pero no se da cuenta: eso no importa; no importa mirar hacia atrás. Sin embargo, no presta atención a lo que falta por caminar. No sabe si el día está clareando o si las nubes impedirán el paso de la luz. Prefiere clavar la mirada en el piso. Lo andado ya no lo puede desandar.

Qué difícil es discernir cuando la mente está aletargada. Las ideas que antes iluminaban, ahora están adormiladas y no sirven ni siquiera de bordón para caminar. Por eso el paso es cada vez más pesado. Busca, jadeando, cualquier lugar para descansar. No hay regreso, ¡cuántas veces ha hundido los pies en el lodo, pensando que está sobre tierra firme! ¡Cuántas veces el sol se ha asomado por el cielo lleno de nubes para esconderse otra vez! Una voz sale del fondo del alma, es débil, no tiene la fortaleza de antes: "Pasará, esto no es para siempre".

Pero el lodo y el cielo nublado y el cansancio y el hambre y el sopor interno siguen ahí: achican los ánimos y oscurecen la voluntad. Es un punto de quiebre para dejarse morir o seguir adelante. Son también las circunstancias ideales para deslumbrarse con luces de bengala que dan esperanza fugaz. ¿De qué sirve emprender un viaje con tanto vigor y empeño si ahora no se puede seguir? Desesperanza. Fatiga. Cansancio. Desilusión. Inconstancia. Tristeza. Vacío. Amargura. Soledad.

miércoles, 19 de agosto de 2009

¿Para qué hago corajes?

-¡Concha!, se oye antes de subir a la lomita donde está la casa. Es una precaución para que la dueña salga y el perro que está ahí no muerda a los visitantes. A pesar de esta prevención se oyen los ladridos. Sale Concha y contesta: -¡Pásele!

Hay una pequeña cuesta antes de llegar a la lomita. La casa está a un lado de la carretera mal asfaltada. Más que casa es un jacal que sólo tiene un árbol seco y tres cuartos construidos sobre la tierra: uno es la cocina –que está hecha sólo de madera – y los otros son las habitaciones. No tienen baño.

Con su español mal estructurado, pero alegre y armonioso, comienza la entrevista en una cocina improvisada, que no tiene más mobiliario que una mesa de madera, un comal sobre un anafre y una estufa de gas. Concha dice su verdadero nombre: “María Alfonsa Aparicio Martínez, ese es completo mi nombre”.

Huele a humo y falta el aire. A pesar de las condiciones precarias de vida está limpio. Los pollos entran y salen piando y el guajolote persigue a todo lo que se mueve. Juan, esposo de Concha, está sentado, artrítico y cabizbajo, en una silla vieja debajo del árbol. Afilia como puede un machete –el que alguna vez usó en el campo– con las manos deformadas por la enfermedad.

Han mejorado las condiciones de la casa, según cuentan. Pero no por ayuda del gobierno, sino por una fundación de la iniciativa privada que lleva algunos años trabajando para mejorar la comunidad: “Le digo la verdá, ese techo nos cambió la señorita Sonia, esa sí nos ayuda. Si viera visto como estaba nuestra casa antes, toda rota. Tenía ese techo de lámina, nada más que todo roto”.

A pesar de haber construido una casita en parte de lo que fue el ejido del padre de Juan, no tienen papeles para comprobarlo. Es un terreno comunitario, según explican, donde la gente gana un espacio de tierra y se da por supuesto que es suya. El gobierno municipal les quitó unos metros y no pueden hacer nada: “¿Sabe cuánto nos chingó de ese terreno? Como tres metros. Porque más o menos entendemos que no tenemos papel escrito”.

Aquí viven todos: Concha, Juan, sus cinco hijos, una nuera y dos nietos. No tienen agua ni teléfono ni baño. Sólo luz eléctrica, por la que pagan poco más de $140 pesos al bimestre. El agua la recolectan cada tres días, por la escasez que hay en la región, y se la compran a la vecina que les cobra $40 pesos al mes. Lavan la ropa “a la hora que llega el agua”. Juan explica porqué no tienen drenaje: “No hay oportunidá para meter el agua, no nos alcanza el dinero”.

En el día comen lo que pueden, así viven: “Haciendo sacrificios, la verdá. Le digo que ahorita va a llegar mi muchacho. Mi hijo es la que me ayuda, mi José Luis, con lo que gana (poco más de $50 pesos a la semana). Más o menos poquito. Nos da para comer. Ahorita trae un pedacito de pollo y si no trajo, pues se va en una carrera a traer algo. Como yo tengo pollos, no compramos huevos, los juntamos en dos días; ya encuentro seis huevos, ya encuentro diez huevos. Cuando no alcanza yo también le ayudo”, contesta Concha.

Los principales problemas de todas las comunidades indígenas en México los originan las condiciones precarias en las que viven. Las mujeres son víctimas de la violencia doméstica, los niños no van a la escuela y cuando lo hacen, el rendimiento es bajo por los problemas de nutrición. Los hombres gastan la raya en alcohol. Sin embargo, la resignación, quizá fundada en la ignorancia, los hace seguir vivos. “¿Para qué hago corajes?”, dice Concha, “Yo tengo mi casita, como sea, pero la tengo”.

jueves, 13 de agosto de 2009

Un extraño juego de póquer

- ¡Mi General! La tregua con los constitucionalistas acaba mañana a las siete de la mañana. También le llegó esta carta del general Obregón.

José Refugio Velasco tomó el sobre de las manos del teniente y lo abrió. Esbozó una sonrisa. De inmediato pidió su caballo, montó y cabalgó en medio de la noche. Ya en líneas enemigas, los soldados -algunos medio heridos y otros cansados- lo miraron con recelo. Con el orgullo en los ojos, hizo caso omiso de la actitud de odio y resentimiento.

La determinación lo llevó a la tienda de campaña de Obregón: enemigo acérrimo en el campo de batalla. Bajó del caballo y un oficial entró de inmediato para avisar que el mismísimo general en jefe del Ejército Federal estaba afuera. Se oyó un grito:

- Mi general Velasco, ¡pásele!, qué gusto hombre...

Entró José Refugio y saludó con un abrazo fuerte y efusivo a Obregón:

- Nos quedan siete horas para darnos otra vez en la madre... pero ahorita mejor saque la baraja, que nos hace falta un buen póquer.

- ¿Un güisquito? ¿Un purito?

Con un ademán, Velasco rechazó la oferta del puro, pero acercó un vaso a la botella que ya había levantado Obregón. Ambos oficiales se sentaron en la mesa de madera improvisada, alcohol en mano. José Refugio sacó de la bolsa del pantalón un paquete de cigarros, Delicados, los que siempre fumó. Después de encender uno, lo retiró de la boca sosteniéndolo con el pulgar y el índice y se quedó mirando el humo que expedía.

Sobre la mesa, la estrategia era diferente: dinero, tabaco, licor, una buena partida, amistad y dejar de lado la matanza. Comenzó el juego: doce de la noche, una, dos, tres, cuatro y cinco de la mañana. La botella de güisqui sobre la mesa, ya vacía, junto con dos ceniceros de barro rebosados de colillas de cigarro y de cenizas de puro.

El general Velasco se paró de la mesa, recogió el dinero ganado y se lo metió en los bolsillos.

-Bueno mi General, ya me voy. Sus muchachos siguen dormidos y si me quedo aquí un rato más me convierto en un buen botín de guerra...

-Gracias por venir Velasco, ya sabe, si las circunstancias fueran otras... pero estuvo buena la partida. Nos vemos al rato en el campo, que gane el mejor.

Se despidieron con un efusivo abrazo. Velasco salió de la tienda de campaña, montó el caballo y se regresó a todo galope a su campamento. Había que dormir aunque sea una hora antes de volver a las armas.

jueves, 6 de agosto de 2009

Tres guitarras y un piano

Oigo cómo las manos rasgan la guitarra. Oigo el sentimiento y lo disfruto. Recuerdo también el instrumento que tengo guardado en un estuche, empolvado, acumulando mis notas, mi voz, mis ensayos. Me vienen a la mente los momentos de alegría, los duetos a voz y guitarra con esa querida amiga, sí venezolana.

Las risas, las segundas voces, el acompañamiento. El empeño y la perseverancia por sacar una simple tonada. Los sueños de tener una gran voz, la aspiración de un requinteo suficiente, poco perfecto. La catársis para sacar la tristeza, el enojo, la melancolía; también la expresión del romanticismo, del enamoramiento real.

La alegría por sacar, a fuerza de práctica, "Ojalá" de Silvio Rodríguez. El dolor de los dedos, las uñas cortas, el perfume de rosas que se libera cuando vuelvo a abrir esa caja. Mis primeras notas, mis primeras clases, mis primeras canciones.

También mi segunda guitarra: no la tercera - esa, la sevillana que resuena con pasión flamenca-, la de mi abuelo, la que en vida me dio: "Toma, cuando me muera es tuya". Cuando se me fue al cielo, me la dejó con la tonada de "Es el toro enamorado de la luna" guardada en el puente, en las llaves, en las cuerdas, en la caja; todavía lo escucho admirando su virtud innata, de oído, esa que también lo hacía sacar en el piano, su piano -ese que ahora está en la sala de la casa-, las canciones de Agustín Lara y en el que me pedía siempre que le tocara "Estrellita" de Manuel M. Ponce, sólo para él, una y otra vez. Todavía me la sé y con los dedos llenos de memoria me dejo llevar sobre las teclas ahora ya desafinadas.

La guitarra y el piano: dos instrumentos de grandes recuerdos, de expresión desde mi niñez y adolescencia. La guitarra: mi profesión frustrada, mi destello defectuoso de arte, de oído. Mi momento de soledad, de reflexión. Mi espacio empolvado, seguro, olvidado.

martes, 4 de agosto de 2009

El presagio de Manolete


Este poema es una herencia de mi abuelo a mi padre y de mi padre a sus hijos. Lo sabemos desde siempre y ha pasado por tradición oral. Seguramente habrá variaciones, pero todos hemos tratado de mantener fielmente cada palabra. Aquí les va. Si alguien lo conoce, por favor dígame. Perdón por la métrica, la verdad soy pésima en eso.

El presagio de Manolete
Anónimo

Aquella tarde en Linares, se fue a los toros la muerte.
Nadie le vio en los tendidos, nadie, se ocultaba entre la gente.
No usó peineta de nacar ni mantillas ni claveles,
no quiso estar en barrera para que nadie la viese.
En un un rincón escondida está en los toros, la muerte.
Cuando salió a la cuadrilla sus ojos cuencas e inhertes
se clavaron sobre los ojos dormidos de Manolete.
Él levantó la cabeza mirándole frente a frente,
ella se ocultó medrosa, ¡no fueran a sorprenderle!
No quería que nadie supiera que ahí estaba la muerte.
Cuando Manolete la ve, se acerca y le brinda un toro, ¡así era él de valiente!
¡Cuántas tardes en la plaza luchó siempre con ella
mirándole cara cara y desafiando a vencerla!
Y ella, al ver su valentía, y creyéndose impotente,
con su carroña en derrota, se ocultaba entre la gente.
Por eso, aquella tarde en Linares, sin mantilla ni claveles,
la tantas veces vencida, se la ganó a Manolete.
¡Ay Córdoba la sultana, pon luto en tus minaretes,
no poner más claveles que por rojos me recuerdan la sangre de Manolete!
¡Bordones de la guitarra no tocar más por martinete, fandanguillo ni tango!
Que está llorando la gente la muerte de un cordobés,muy torero y muy valiente

El nuevo look...

Cambié algunas cosillas en mi blog. Por fis, si pueden y les interesa, ¡échenle ojo y opinen!

lunes, 3 de agosto de 2009

¿Verdadero o verosímil?

Es cierto. En el terreno de las opiniones todo es subjetivo; resulta casi imposible alcanzar un consenso general. Sin embargo, el hombre tiene muchas cosas comunes con el hombre: la libertad, la dignidad, los sentimientos, las alegrías. Algunos son capaces de desarrollarse más, otros menos. Depende de uno mismo y también de las circunstancias. Pocos son aquellos que aprovechan lo que la vida les presenta y no se achican ante los retos. La grandeza del ser humano y el valor individual no se mide por lo que posee, sino por lo que es.

¿Qué merece el saber un hombre? ¿La verdad o la verosimilitud? No hay que dejarse llevar por eufemismos, que muchas veces sólo esconden miedo a comprometerse. Es más fácil borrar términos filosóficos milenarios, que enfrentarlos.

Pobre del que no persigue la verdad y se conforma sólo con lo verosímil. Veraz: es el adjetivo que merece quien sólo habla con la verdad; es decir, quien realmente dice lo que piensa y aquello que piensa se apega a la realidad; y cabe decir apega, porque aunque sea real, siempre será visto por una persona con juicios subjetivos, pero ese matiz no le resta carácter de verdadero. En cambio la verosimilitud se reduce a aquello con apariencia de verdadero, aquello que es sólo creíble.

lunes, 22 de junio de 2009

Probabilidad o, ¿mala suerte?

Ya no sé si reirme o llorar. ¿Cuántas posibilidades existen de que te tiren el agua de una cubeta justo cuando estás pasando por la calle? ¿Cuál es la probabilidad de que a tu coche, estacionado en tú casa le caiga un árbol? ¡Quién dijo yo! Sí, yo Elisa Nájera, dijo yo.

No puedo negar que me causa frustración, ya lloré, ya me reí... pero un maldito evento de esos puede hacer temblar una rutina estructurada y claro, sacarte de la bolsa varios miles de pesos (hablo del árbol, porque la cubetada la verdad fue hace ya más de diez años y sí, es chistoso, molesto, pero chistoso...)

En fin, pasa... ¿alguna anécdota similar?

lunes, 15 de junio de 2009

Reir llorando

Gran poesía de Juan de Dios Peza:

Viendo a Garrick, actor de la Inglaterra,
el pueblo al aplaudirlo le decía:
Eres el más gracioso de la tierra y el más feliz.
Y el cómico reía.
Víctimas del spleen los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.
Una vez ante un médico famoso,
llegose un hombre de mirar sombrío:
-Sufro -le dijo- un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte;
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única pasión la de la muerte.
-Viajad y os distaereís. -Tanto he viajado
-Las lecturas buscad -Tanto he leido-
Que os ame una mujer - ¡Si soy amado!
-Un título adquirid -Noble he nacido.
¿Pobre seréis quizá? -Tengo riquezas
- ¿De lisonjas gustáis ? - ¡Tantas escucho!
-¿Que teneís de familia?...-Mis tristezas
-¿Vais a los cementerios?... -Mucho, mucho.
¿De vuestra vida actual tenéis testigos?
- Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.
-Me deja- agrega el médico -perplejo
vuestro mal, y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrick podéis curaros.
-¿A Garrick ? -Sí, a Garrick...La más remisa
y austera sociedad lo busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa;
¡tiene una gracia artística asombrosa !
-Y a mí me hará reir?-Ah, sí, os lo juro !;
él, sí, nada más él...Mas qué os inquieta?...
-Así -dijo el enfermo -no me curo:
¡Yo soy Garrick ! Cambiádme la receta.
¡Cúantos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reir como el autor suicida
sin encontrar para su mal remedio!
¡Ay ! ¡ Cúantas veces al reir se llora!..
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro rie!
Si se muere la fé, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestras plantas pisa
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto;
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reir con llanto
y también a llorar con carcajadas.

lunes, 18 de mayo de 2009

Back Stage

Una de las grandes ventajas de ser periodista son los eventos internacionales, aunque sean aquí al lado, en el mismísimo vecino del norte (y tierras de Mickey Mouse en este caso), la verdad de las cosas es que conoces mucha gente.

Hoy en el EMC World 2009 en Orlando, Florida, estamos reunidos alrededor de 60 periodistas de más de 25 países: israelíes, polancos, italianos, chilenos, argentinos, venezolanos... Una riqueza cultural impresionante: las pláticas son inteligentes, conoces otras visiones de tu país, de la situación actual... en fin, es una de las cosas que, definitivamente más disfruto.




P.D. Ayer oí en vivo a Gin Blossoms... un gran grupo, definitivamente me voy a hacer fan.

martes, 5 de mayo de 2009

Días de tormenta

De paz y otra vez de tormenta. La tranquilidad hizo una corta visita y la vuelvo a esperar de nuevo, para que termine con esta revolución, con esta ansiedad, pero que no se lleve la alegría, la pasión.

Cuando viene se quiere llevar todo y por eso no la dejo que tome nada y me deja lo bueno y lo malo. Las aguas se asientan, la realidad vuelve a mis ojos. Vivo a tope, a mil por hora y a veces me canso y vuelvo la vista atrás... me arrepiento de algunas cosas, otras las vuelvo a repetir, no importa caerse sino procurar estar de pie y levantarse.

Ya no más llanto por cada caída, ya no más seriedad a las cosas que no importan, ya no más exigencias estúpidas, ya no más, ya no más. Respiro profundo, me libero de mí misma y vivo y disfruto los días soleados y también, los días de tormenta.

jueves, 23 de abril de 2009

Y viene el Chivas-Pumas...

Y no saben el miedo que tengo... No por el nuevo DT (ya ven que el gran defecto de las Chivas es Vergara y sus decisiones, pero bueno) si no porque es casi seguro que lo vea con un mega aficionado de Pumas que se transforma cual HULK (eso me han dicho...) si a la Universidad no le va bien.

Obviamente en el fondo de mi corazón (y también en la superficie) quiero que ganen mis Chivas con Omar Arellano, Michel, Aarón Galindo, Ramoncito, en fin... todo este cuadro maravilloso de jugadores... peeeero espero que este aficionado de Pumas no se me ponga muy punk... Si pierden mis Chivas, lo tomaré de manera deportiva y lloraré sola para guardar el orgullo y que nadie me vea. Peeero, no van a perder.

martes, 21 de abril de 2009

El tiempo está cañón

Esto de ser espacio-temporales está muy difícil. Quien diga que el tiempo es relativo, le recomiendo buscar unas fotos suyas de niño y simplemente observar todos los cambios físicos que ha sufrido. Pero regreso a la idea primaria: está muy difícil, porque todas las decisiones que tomamos tienen consecuencias y pase lo que pase, no lo podemos cambiar, igual medio componerle, pero no modificar.

Me vino a la cabeza esta cuestión filosófica del espacio y tiempo porque soy fan de Lost y precisamente en esta serie juegan mucho con estos dos factores, que no son lineales como en la realidad; y si en la vida real se complica con el pasado y el presente bien definidos, no les quiero contar lo que se vuelve cuando literalmente no sabes en qué año vives, o naces dos décadas después de cuando vives.

En fin: a veces tanto cuestionamiento sobre el tiempo creo que puede ser una pérdida de tiempo... hay que aprovechar lo que venga, cuando venga y si no era el momento, ya el tiempo lo dirá. Es una frase muy manoseada, pero es muy sabia cuando se entiende a fondo a lo que se refiere.

jueves, 16 de abril de 2009

Le sale carísimo...

Después de ver las noticias ayer en la noche y analizar el aparato de seguridad del presidente Obama, la verdad no pude más que sentir, mmm... no sé si lástima o qué: el costo del lugar donde está es su libertad. Concluí lo siguiente:

P= (A-L)R

P= Presidente
A= Amenazas
L= Libertad
R= Responsabilidad

Y creo que me quedé corta con la ecuación...

miércoles, 15 de abril de 2009

Vamos por la quinta: antes del complot

Mi gran amor (platónico y ficticio) se llama Edmond Dantés, el mismísimo Conde de Montecristo. Empecé por quinta vez a leer esta excelente obra de Alexandre Dumas que, para mí, describe el cambio de vida de un hombre profundamente marcado por el dolor, el sufrimiento y la traición. Quien leyó el libro sabe que es muy marcado el antes y el después: vive con el protagonista el punto de quiebre, la desesperanza, el dolor, el desánimo, el coraje y la venganza.

Dantés, alguien que ni en el más lejano de sus pensamientos se imaginaba que iba a ser objeto de una vida tan amarga y a la vez tan prolífera en el terreno material... ¿Qué mueve al hombre? ¿Qué es el perdón? ¿El fin justifica los medios? El lector saca su propia conclusión. Mientras tanto, yo sigo en mi lectura, antes de el complot fatal.

martes, 14 de abril de 2009

Einstein me falló con la demencia

Soy fan de las frases de Einstein (o por lo menos de lo que dicen que decía, porque ya uno nunca sabe quién le atribuye qué a quién) y en mi iGoogle tengo un gadget con frases diarias de este ¡Oh Master Yoda científico! (y no es burla, creo que fue un gran hombre). Pero hoy de plano me falló: "Insanity: doing the same thing over and over again and expecting different results". Traducción literal: "Demencia: hacer la misma cosa una y otra vez y esperar resultados diferentes".

Me falló porque me dijo demente a mí y a todos los que diario le echamos ganas y tratamos de construir algo poco a poco... Me falló, porque los que todos los días hacen (o hacemos) lo mismo, son (o somos) unos imbéciles que nada más pierden el tiempo; o decirnos locos es todo un cumplido porque una de las cosas más difíciles es hacer lo mismo una y otra vez con el convencimiento de que el que persevera, alcanza; y creo que una de las cosas más difíciles y áridas -pero al mismo tiempo de las más gratificantes a largo plazo- es la perseverancia.

domingo, 12 de abril de 2009

Me censuré

... O sea "incurrí" en autocensura -por prudencia según yo- y tiré a la basura mi derecho a la libertad de expresión y a mi filosofía de moda: "porque me da la gana". Ni modo. Ahora la pluma está seca y no tengo mucho que decir. Literalmente perdí el estilo, sólo que literario. Todo es sujeto, verbo, predicado, punto: una manera sencilla de tomar el teclado bajo los dedos y escribir sobre lo que me dicen, es cómodo. En este post no me importa escribir sin sentido, tengo que volver a aflojar la agilidad mental... o quizás de manera inconsciente la tengo atrofiada porque es mucho más sencillo no pensar y ahorita no estoy como para complicarme la vida. En fin. Hasta la siguiente... ¿Y las entradas que censuré? No las voy a publicar, definitivo. Por prudencia. Sigo cercenando mi libertad de expresión.

miércoles, 1 de abril de 2009

Una crónica frustrada

Esta es una crónica que escribí en El País y nunca se publicó.

Concha, una indígena oaxaqueña, vive en Santa Rosa, en Atlacomulco, Estado de México, desde hace poco más de 21 años. Conoció a Juan, su marido de origen mazahua, en la Ciudad de México y decidieron establecerse en esta comunidad, donde el padre de Juan era ejidatario.

Se oye un grito antes de subir a la lomita donde está la casa: “¡Concha!”. Es una precaución para que la dueña salga y el perro que está ahí no muerda a los visitantes. A pesar de esta prevención se oyen los ladridos. Sale Concha y contesta: “¡Pásele!”.

Hay una pequeña cuesta antes de llegar a la lomita. La casa está a un lado de la carretera mal asfaltada. Más que casa es un jacal que sólo se compone de un árbol seco y tres cuartos construidos sobre la tierra: uno es la cocina –que está hecha sólo de madera –, y los otros son las habitaciones, de concreto. No tienen baño.

Con su español mal estructurado, pero alegre y armonioso, comienza la entrevista en una cocina improvisada, que no tiene más mobiliario que una mesa de madera, un comal sobre un anafre y una estufa de gas. Concha dice su verdadero nombre: “María Alfonsa Aparicio Martínez, ese es completo mi nombre”.

Huele a humo y falta el aire. A pesar de las condiciones precarias de vida, está limpio. Los pollos entran y salen piando y el guajolote persigue a todo lo que se mueve. Juan está sentado, artrítico y cabizbajo, en una silla vieja debajo del árbol. Afilia como puede un machete –el que alguna vez usó en el campo – con sus manos deformadas por la enfermedad. Han mejorado las condiciones de la casa, según cuentan. Pero no por ayuda del gobierno, sino por una fundación de la iniciativa privada que lleva algunos años trabajando para mejorar la comunidad: “Le digo la verda, ese techo nos cambió la señorita Sonia, esa sí nos ayuda. Si viera visto como estaba nuestra casa antes, toda rota. Tenía ese techo de lámina, nada más que todo roto”.

A pesar de haber construido una casita en parte de lo que fue el ejido del padre de Juan, no tienen papeles para comprobarlo. Es un terreno comunitario, según explican, donde la gente gana un espacio de tierra y se da por supuesto que es suya. El gobierno municipal les quitó unos metros y no pueden hacer nada: “¿Sabe cuánto nos chingó de ese terreno? Como tres metros. Porque más o menos entendemos que no tenemos papel escrito”.

Aquí viven todos: Concha, Juan, sus cinco hijos, una nuera y dos nietos. No tienen agua ni teléfono ni baño. Sólo luz eléctrica, por la que pagan poco más de 12€ al bimestre. El agua la recolectan cada tres días, por la escasez que hay en la región, y se la compran a la vecina que les cobra 3.5€ al mes; ya deben tres meses. Lavan la ropa “a la hora que llega el agua”. Juan explica porqué no tienen drenaje: “No hay oportunida para meter el agua, no nos alcanza el dinero”.

En el día comen lo que pueden, así viven: “Haciendo sacrificios, la verda. Le digo que ahorita va a llegar mi muchacho. Mi hijo es la que me ayuda, mi José Luis, con lo que gana (poco más de 3.5€ a la semana). Más o menos poquito. Nos da para comer. Ahorita trae un pedacito de pollo y si no trajo, pues se va en una carrera a traer algo. Como yo tengo pollos, no compramos huevos, los juntamos en dos días; ya encuentro seis huevos, ya encuentro diez huevos. Cuando no alcanza yo también le ayudo”, contesta Concha.

Según las estadísticas de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), de las comunidades locales en México que tienen más del 40% de población indígena, el 30.7% de las personas laboralmente activas no reciben ingresos por su trabajo y el 22.2% recibe de uno a dos salarios mínimos al mes, lo que equivalente a 8€ aproximadamente.

Los principales problemas de todas las comunidades indígenas en México los originan las condiciones precarias en las que viven. Las mujeres son víctimas de la violencia doméstica, los niños no van a la escuela y cuando lo hacen, el rendimiento es bajo por los problemas de nutrición. Los hombres gastan la raya en alcohol. Sin embargo, la resignación, quizá fundada en la ignorancia, los hace seguir vivos. “¿Por qué hago corajes?”, dice Concha, “Yo tengo mi casita, como sea, pero la tengo”.

martes, 31 de marzo de 2009

¿Neeeeeta?

Esto es una joya...una verdadera joya... Si no lo han visto, léanlo.

jueves, 26 de marzo de 2009

Me subí a la montaña rusa, me pinté el pelo y me lo corté...

Dicen que las mujeres hacemos cosas raras después de una relación... No son cosas raras, son más bien catárticas, porque es una necesidad romper un ciclo, salir de un "loop" en el que has estado, en mi caso, medio adormilada, medio anulada, medio achicada.

Después de despertar de ese sueño de casi cinco años, me di cuenta que realmente viví los últimos 12 meses no dormida, en coma y no por culpa de nadie más sino mía... no fui valiente, más bien me distinguí por la cobardía y no tomar al toro por los cuernos. De todos modos el hubiera no existe, ya pasó ya fue, ya lo disfruté, lo sufrí... Ahora sí. Soy más fuerte, mucho más fuerte.

Ya no estoy en coma: me subí a dos roller coasters -quienes me conocen saben que ODIO los juegos mecánicos-, me pinté el pelo, me lo corté, dejé de fumar... hice todas esas cosas que parecen superficiales pero que en el fondo me ayudaron a afianzarme y lo hice por la razón más poderosa, profunda y característica de la libertad del hombre: porque me dio la gana.

jueves, 19 de marzo de 2009

La primera entrada

La maravilla de tener un blog es que nadie, absolutamente nadie te censura. Sólo los usuarios. Igual nadie te lee, pero a la vez no sabes para quién escribes... Puedes desahogarte, intentar nuevos estilos, de verdad, ¡qué maravilla es la Web 2.0!

Cuando trabajas en tecnología, como yo, estás acostumbrado a escribir sobre lo más nuevo de gadgets, software... pero muchas veces lo último que quieres es saber ya de esas cosas. Libertad de expresión, libertad de escritura, libertad para decir lo que se me dé la gana -la razón más poderosa para hacer las cosas-.

A quienes me lean gracias y no dejen de comentar. Ya sé que es mucho más "pro" comprar un dominio, pero la verdad experimentar con un ".com" de un nombre que ya es famoso (sí, una niña que concursó en Miss México se llama igual que yo: Elisa Nájera), aunque te puede traer visitas, seguramente no permanencia... ya se imaginarán porqué...