De paz y otra vez de tormenta. La tranquilidad hizo una corta visita y la vuelvo a esperar de nuevo, para que termine con esta revolución, con esta ansiedad, pero que no se lleve la alegría, la pasión.
Cuando viene se quiere llevar todo y por eso no la dejo que tome nada y me deja lo bueno y lo malo. Las aguas se asientan, la realidad vuelve a mis ojos. Vivo a tope, a mil por hora y a veces me canso y vuelvo la vista atrás... me arrepiento de algunas cosas, otras las vuelvo a repetir, no importa caerse sino procurar estar de pie y levantarse.
Ya no más llanto por cada caída, ya no más seriedad a las cosas que no importan, ya no más exigencias estúpidas, ya no más, ya no más. Respiro profundo, me libero de mí misma y vivo y disfruto los días soleados y también, los días de tormenta.
martes, 5 de mayo de 2009
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