domingo, 12 de abril de 2009
Me censuré
... O sea "incurrí" en autocensura -por prudencia según yo- y tiré a la basura mi derecho a la libertad de expresión y a mi filosofía de moda: "porque me da la gana". Ni modo. Ahora la pluma está seca y no tengo mucho que decir. Literalmente perdí el estilo, sólo que literario. Todo es sujeto, verbo, predicado, punto: una manera sencilla de tomar el teclado bajo los dedos y escribir sobre lo que me dicen, es cómodo. En este post no me importa escribir sin sentido, tengo que volver a aflojar la agilidad mental... o quizás de manera inconsciente la tengo atrofiada porque es mucho más sencillo no pensar y ahorita no estoy como para complicarme la vida. En fin. Hasta la siguiente... ¿Y las entradas que censuré? No las voy a publicar, definitivo. Por prudencia. Sigo cercenando mi libertad de expresión.
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Muchas veces somos más exigentes, precisos, duros, críticos despiadados con lo que nosotros mismos hacemos...
ResponderEliminarEn otras muchas ocasiones, simplemente le ponemos demasiado "coco" a lo que pensamos y por lo mismo le quitamos la "naturalidad"...
Hemos explotado, hemos cambiado la forma de escribir, hemos mejorado y también empeorado...
La decisión es personal y por lo mismo es respetable, la decisión de censurarse no te quitará las ganas de hacerlo, pero te exigirá más hasta que un día le pongas "publicar" a todos esos drafts que tienes ahora...
Mientras tanto, los lectores fieles-asiduos-críticos-admiradores-curiosos-interesados-investigadores, estaremos buscando esa ventana.
Abajo la censura, toda idea es buena y a veces es mas valiosa para los demas que para uno mismo, no te castigues y dale para adelante.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Luis, no seas tan dura contigo misma, puedo mostrarte blogs donde se habla cada cosa y lo peor, de forma bastante absurda (komo lo de skribir to2 xtraño)